viernes, 29 de septiembre de 2006

Mañana dominical de Octubre

He respirado el primer aire de la mañana
y he visto el primer sol aparecer.
Huelo la tierra, la piedra, el agua,
huelo el magma que nunca hemos de ver.

Una conspiración... eterniza los acertijos.



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martes, 5 de septiembre de 2006

en horas de septiembre

La rueda de la fortuna no para de girar,
he visto lo que antes vi con otros colores
pero esta vez la estrella es más fugaz,
alimento para el arte, para un futuro recuerdo,
la noche no fue tan larga... y la luna no desaparece.

La araucaria sigue en el mismo lugar
donde brotó hace años su semilla,
la brisa recorre los rincones hace siglos...
y en ello retorna el amanecer recurrente,
tan recurrente como las estrellas fugaces
que parecieran al principio no serlo.

El corazón del corazón late lentamente,
el exterior es una superficie movediza
que busca descanzo en sus erradas locuras,
busca descanzo buscando demasiado.

La luna es la misma de hace mil años
y es asombroso contemplarla en ello,
he vuelto a ver lo mismo que alguna vez vi
en sus ojos, en su boca, en otro mundo pasado.

Un nuevo amanecer para un próximo atardecer.