El castillo de la sombra se derrumbaba entre susurros...
mientras la nube invernal lanzaba un último rayo, fiel al compromiso.
(En mis manos vi reflejado el porvenir y el vehículo)
Tras el horizonte el Sol preparaba su regreso, y apareció con la condición de la frialdad en el pecho.
Aunque, más de una lluvia retornará con el canto del pájaro...
ya que el Alma nunca será de hielo...
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