jueves, 30 de noviembre de 2006

Desdibuja tus pasos... al son
del piano que resume cada escalón.

De agua o de viento,
de algo que se escapa entre los dedos,

Es aquel equipaje que cargas con extraño agrado.

Efímero como cada instante,
como cada rayo de sol que rebota y se retira.

Oscuro como cada rincón de lo que crees es Alma.



* * *



Al despertar ella abrió sus ojos de miel
y disfrutó los primeros rayos del sol de la mañana.

"Algo no calza", se dijo pensativa
mientras regalaba su mirada...
al techo, al cielo, a alguna estrella
que debía responder a su certeza.

Una mano más allá tocaba el hielo,
un montón recién caído del cielo,
palpando la frialdad que se nutría
todo el tiempo de un extraño velo.



* * *



Mil años después de un paseo por el bosque,
diez siglos después de aquel paseo por el bosque
se han dibujado los mismos pasos, pero el ocaso
marca el final de lo que siempre se repitió.

Mil años después hay quien no se pregunta nada.

Diez siglos después hay alguien que ve el amanecer con otros ojos
y se baña en el mar con otra manera de sentir la sal en el cuerpo.