
Y bueno... hace poco observé esta imagen desde el puerto, caminaba solo en la mañana, esperando algo. Miré el mar, los barcos quietos y negros. Pensé en toda mi gente pero sin pensar en nadie, pues estaba solo en esa ciudad. Pensé en alguien... Un perro negro me acompañó en los primeros pasos por la ciudad y su orilla, buscando un amo momentáneo que lo alimentara, quizás. Espero que simplemente me haya seguido por empatía, creo que eso fué.
¿A alguien le importará lo que yo haga o deshaga?
La verdad es que al volver de ese viaje sin sentido (que terminó siendo rico en cierto ámbito vivencial) crují, si, crují... Todo se configura de manera intensa estos últimos tiempos...